jueves, 1 de mayo de 2008

La Mantis Religiosa

La mantis religiosa, también llamada santa teresa, tatadiós, campamocha, mamboretá, cerbatana, usamico, comepiojos o matapiojos, es un insecto de la familia Mantidae, orden Mantodea.
En comparación con otros insectos, su tamaño es mediano, posee un tórax largo y unas antenas delgadas. Tiene unos grandes ojos compuestos en la cabeza la cual puede girar hasta 180º y tres ojos sencillos entre los ojos compuestos. Sus patas anteriores, que mantiene recogidas ante la cabeza en actitud orante, están provistas de fuertes espinas para sujetar las presas de que se alimenta. Es voraz y muy común en lugares cálidos.

El ciclo vital es de un año aproximadamente. Para convertirse en Mantis adultas tienen que realizar el proceso de la muda seis veces, para ello se colocan en suspensión hacia abajo y saliendo por la parte anterior de la anterior cutícula se desprenden de la vieja muda.

Para alimentarse, mantiene las patas anteriores juntas mientras espera para atacar, por lo que parece que está rezando. Si otro insecto se posa junto a ella, lo observará girando la cabeza y lanzándose al ataque de inmediato. Sus patas anteriores sujetan a la víctima y la mantis comienza a alimentarse de ella inmediatamente, incluso si su presa sigue luchando para escapar.

En la época de apareamiento la Mantis hembra emite feromonas, atrayendo al macho y en esta época cuando sucede el único momento en la que los machos y hembras se reúnen. En esta época las hembras se vuelven muy agresivas y acaban con comerse a su compañero durante o después del apareamiento empezando por la cabeza. La puesta de los huevos se hace en otoño y en primavera los huevos eclosionarán. Pone sus huevos en montoncitos espumosos (ootecas) que ata a las ramitas. La espuma se endurece pronto, lo que protege los huevos hasta que se abren.

Este insecto no es venenoso. Utiliza sus fuertes patas delanteras para atrapar a sus presas y devorarlas, por eso suele empezar por la cabeza. Una mantis puede sostenerse en la mano desnuda pero es preferible que la mantis se suba por su cuenta, sin tratar de forzarla, sólo se debe tener cuidado de no tirarla porque tiene movimientos muy rápidos y repentinos. Existe la creencia popular de que son extremadamente peligrosas, por lo que son muy perseguidas, de forma injustificada.

Su forma de caza es muy particular, ya que permanece casi inmóvil esperando que su comida pase cerca de ella, para luego atacar con extrema rapidez. Gracias a esto hay un tipo de arte marcial inspirada en ella y en su forma de atacar.

No hay comentarios: